Tejer es un arte muy antigua que se
fue trasmitiendo de generación en generación.
Esta transmisión
de conocimiento se ha degradado con el tiempo. Hoy con las últimas tecnologías
y la necesidad de tener todo “ya mismo” se prefiere a veces la practicidad de
lo ya resuelto, sin contar con la calidez de los sentimientos involucrados en
la creación de una prenda para un ser querido.
Hablando de
los tiempos que corren, la importancia de contar con conocimiento como el
tejido en todas sus expresiones (dos agujas, macramé, telar, croché, etc.)
podría ser de gran ayuda para aquellos niños que no continúen con su
escolaridad, brindándoles la posibilidad de usar lo aprendido como un oficio y así
generar un ingreso, o también posibilitar el ahorro familiar ya que una prenda
tejida en casa siempre será más económica que aquella que se adquiere
industrializada.
Además, no
solamente le servirá como sustento económico sino que puede alimentar la
creatividad y posibilitar distenderse de las tareas diarias, convirtiéndose en
un hobby o como terapia de relax.